En los últimos años, la Formación Profesional ha ganado peso dentro del sistema educativo español, incrementando la demanda de docentes especializados en áreas técnicas. Profesionales con experiencia en sectores industriales, tecnológicos o científicos pueden aportar un enfoque práctico y actualizado, que conecta mejor con las necesidades del mercado laboral.
Este perfil técnico resulta especialmente valorado para impartir materias vinculadas con instalaciones eléctricas, fabricación mecánica, mantenimiento de vehículos, informática, energía o procesos industriales. Para ejercer como profesor en un ciclo de FP, es imprescindible cumplir ciertos requisitos académicos y formativos. Para esto, es vital conocer las especialidades del profesorado FP.
Identificar si tu titulación habilita para ejercer como profesor técnico: primer paso clave para comenzar el proceso
El punto de partida consiste en comprobar si la titulación técnica cursada se corresponde con alguna de las especialidades reconocidas oficialmente. Según la normativa actual, existen múltiples especialidades en las que un titulado en formación profesional superior (equivalente a efectos docentes), en ingeniería técnica, grado universitario o máster, puede ejercer como docente.
Por ejemplo, una persona con formación en Ingeniería Eléctrica podría acceder a la especialidad de «Sistemas electrotécnicos y automáticos». De forma similar, un graduado en Ingeniería Informática estaría habilitado para «Sistemas y aplicaciones informáticas».
Por su parte, quienes proceden de ciertos sectores singulares pueden explorar especialidades como «Mantenimiento de vehículos», «Mecanizado y Mantenimiento de Máquinas» o «Carpintería y Mueble». El listado completo se encuentra publicado y actualizado por referentes como COFPE.
Superar la formación pedagógica y didáctica: el Máster y la Certificación de Formación del Profesorado como requisito obligatorio
Contar con una titulación habilitante no es suficiente por sí sola. Para acceder a una plaza como profesor de FP en régimen público o privado, también se exige haber superado el Máster en Formación del Profesorado, con especialización en Formación Profesional o la Certificación Oficial de Formación Pedagógica y Didáctica.
Estas titulaciones de carácter oficial, impartidas por universidades, sustituyen al antiguo CAP (Curso de Aptitud Pedagógica) y capacitan en aspectos didácticos, planificación curricular, evaluación y gestión del aula.
Durante el máster o la certificación, el alumno desarrolla habilidades específicas para la enseñanza en entornos técnico-profesionales, combinando teoría con prácticas en centros educativos. La formación práctica permite adquirir experiencia directa con el alumnado de FP, comprender la estructura de los módulos y familiarizarse con el entorno de talleres, laboratorios o aulas técnicas.
Acceso al cuerpo docente por oposición o contratación directa: distintas vías para ejercer como profesor en FP
Una vez completado el máster o la certificación, el siguiente paso es definir la vía de ingreso al mercado laboral. En el caso de quienes desean trabajar en la enseñanza pública, es necesario presentarse a una oposición convocada por las comunidades autónomas. Estas pruebas evalúan conocimientos técnicos, competencias pedagógicas y capacidad para diseñar unidades didácticas.
A través de ellas se accede a cuerpos como el de Profesores de Secundaria o Profesores Especialistas en Sectores Singulares de FP. Sin embargo, no todos los profesionales optan por la vía pública. Muchas instituciones privadas o concertadas contratan directamente a personas con la capacitación docente requerida, sin necesidad de superar oposiciones.
En estos casos, se valoran especialmente la experiencia profesional previa, las certificaciones técnicas y la capacidad de vincular el contenido teórico con la realidad de la industria.
Complementos valorables para fortalecer tu perfil docente: experiencia profesional, certificados y habilidades tecnológicas
Aunque no todos los elementos son exigidos por ley, contar con experiencia real en el sector técnico aporta un valor diferencial significativo. Aquellos profesionales que han trabajado en talleres, empresas de software, líneas de producción o mantenimiento industrial aportan un conocimiento práctico que mejora la formación del alumnado.
Del mismo modo, estar al día con herramientas digitales, certificaciones de fabricantes o conocimientos de prevención de riesgos laborales puede marcar la diferencia en procesos de selección.
Por otra parte, participar en proyectos de innovación educativa o dominar plataformas de aprendizaje virtual también suma puntos en el perfil. Muchos centros de FP están incorporando metodologías activas como el aprendizaje basado en retos o la simulación en entornos digitales. Ser capaz de integrar estas dinámicas en clase fortalece la conexión entre el mundo educativo y el profesional.